Revolución para el 2010, primera parte

A un año del bicentenario de la guerra de independencia nacional y a un siglo de la revolución, México sigue siendo un país con una gran desigualdad social. Ayer se festejó el aniversario del grito de Dolores, y a pesar de la triste situación en la que país se encuentra, hubo festejos por todos lados, con todo y mal clima la gente salió a los zócalos y jardines municipales de sus ciudades a celebrar junto a los políticos los sucesos que se dieron hace casi doscientos años.

Comprendo que la clase política festeje, pues al parecer a ellos no les ha afectado la crisis, y siguen conservando no tan solo sus trabajos, pero también sus excesivos salarios. Lo que no puedo comprender es como el pueblo festeja, cuando hace tan solo una semana se anunció un plan del gobierno para solventar sus ingresos a costa de subir los impuestos a los productos básicos y a los no tan básicos. El gobierno lo nombro "impuestos para el combate de la pobreza", lo cual me parece una sinvergüenzada, ya que los más pobres no se salvarán de pagar los aumentos en los precios de los alimentos, la medicina, la electricidad, la gasolina, etc.

No soy un experto en economía, pero no creo que se necesite serlo para sospechar que ese impuesto en vez de ser para "combatir la pobreza", más bien está destinado a acumular fondos que les permitan a nuestros gobernantes conservar sus salarios de cientos de miles de pesos mensuales.

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Se dice que cada pueblo tiene el gobierno que se merece... Es triste, pero después de dos revoluciones la mayor parte de los mexicanos siguen hundidos en la pobreza, la desigualdad y la injusticia. Y lo más triste de todo es que en vez de ir mejorando poco al poco, al parecer vamos retrocediendo, y la brecha que existe entre ricos y pobres en vez de acortarse se vuelve cada vez más infranqueble.

Se dice que la clase media es el motor de un país, pero en México tenemos empresarios como Slim, Salinas Pliego o Azcarraga, que figuran entre los más adinerados del mundo. Y también México cuenta con 50 millones de pobres (figuras oficiales! imagínense el número real), que día con día sobreviven miserablemente.

¿Y que hace nuestro gobierno? En vez de hacer una estrategia para que disminuya esa brecha, crea leyes e impuestos que merman a la débil clase media; a los pequeños y medianos empresarios que ven cada día más dificil la manera de subsistir en una economía donde los monopolios siempre encuentran la manera de darle la vuelta a las leyes, con un ejército de abogados y cañonasos de dinero y mordidas, ante los cuales nuestros incorrompibles póliticos oponen poca, sino es que nula resistencia.

¿A dónde vamos a ir a parar?

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Casi siempre que escucho una discusión acerca de como sacar a nuestro país del hoyo, la solución que se propone es siempre la misma: educación, educación y educación. Sin embargo, ¿cómo se va a lograr hacer esa hazaña de educar al pueblo, cuando nuestros gobernantes en vez de darle prioridad a dicho sector, resuelve que lo mejor es quitarles recursos económicos a las escuelas, las universidades e intituciones de investigación?

En verdad me da una gran tristeza y rabia cuando veo el estado de las escuelas e instituciones de educación pública, cuando veo a los millones de niños que han sido traicionados, y que día con día van a escuelas que no tienen sucificientes maestros, ni pupitres, ni pizarrones, y a veces nisiquiera techo, y aún así los políticos dicen que esas generaciones de niños analfabetas serán capaces de sacarnos de la misería. ¿Por qué esos niños no pueden aspirar a una educación digna? ¿Por qué el gobierno nunca tiene dinero para las cosas que realmente importan? ¿Por qué los salarios de muchos políticos superan los cientos de miles de pesos mensuales? ¿Por qué la SEP no tiene para pagarle a un maestro, cuyo sueldo es de por si miserable?

¿A dónde vamos a ir a parar?

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