11.09.2016

8 de Novimbre de 2016: el día en que las vísceras les ganaron a las neuronas.

Nunca me había interesado una elección presidencial de los E.U.A. ¿Por qué habría de entrometerme en algo donde -como dice el sabio refrán- "ni vela en el entierro tengo"? Sin embargo, en esta ocasión me inquietaban las noticias, mi intuición me decía que había cosas importantes en juego, que las consecuencias nos afectarían a todos.

Ver el panorama electoral de los gringos durante las Primaries fue un espectáculo grotesco: la "democracia" más poderosa del mundo degradada a un Reality-show, a una comedia barata, a una farsa, a un festival de albures sacado de alguna película mexicana ochentera... con una excepción:

Durante algunas semanas fue esperanzador ver el movimiento lidereado por Bernie Sanders, un político que parecía humano, inteligente, y honesto... ¿es eso posible?


Posteriormente vino el trancazo: el apoyo popular, aunque genuino, no fue suficiente; traicionado por su propio partido, lo hicieron a un lado... Tal vez ese era el momento para la rebelión, tal vez esa era la oportunidad para que los "twitteros" y "facebookeros" salieran a las calles. Pero tristemente el sofá es más poderoso que las convicciones; el líder cedió y el rebaño se dispersó, y así terminó esfumándose la única opción que parecía positiva.

¿Qué vino después? elecciones a la mexicana, el clásico "votar por el menos pior", escoger entre la continuidad de un sistema corrupto que tarde o temprano se colapsará, o arriesgarse con un megalómano visiblemente perturbado totalmente impredecible. Dos opciones muy malas, muy peligrosas, no sólo para los gringos, sino para el mundo entero. La opción razonada ya había sido descartada, se trataba de una elección totalmente visceral.

Y creo que los gringos fueron a votar enojados, a favor de Trump no porque estuvieran de acuerdo con él, sino porque están en contra de un sistema que durante décadas los ha empobrecido, en contra del Establishment del cual están hartos, en contra de los políticos a quienes odian.




Pero my dear angry-voters, les tengo muy malas noticias:

Su enojo no sanará a una economía mundial gravemente enferma

Su hartazgo no enfriará ni medio grado Fahrenheit a una ecología acercándose a la catástrofe

Su odio no desmantelará los misiles nucleares que apuntan a la aniquilación

...

8 de Novimbre de 2016: el día en que las vísceras les ganaron a las neuronas.

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